Soy Florencia Arietto, como todos saben, ciudadana saltense.

Estas líneas son para hacer algunas consideraciones respecto del tema de la seguridad en nuestro pueblo.

Si bien es bien conocido el tema en donde se debaten dos modelos de persecución y disminución del delito, creo que el enfoque es equivocado.

Soy abogada y me especializo en las problemáticas juveniles respecto al delito y en la seguridad como elemento complejo que debe atacarse por diversos frentes.

En Salto está ocurriendo algo que es novedoso y es la sofisticación  de los delitos, siempre hemos tenido casos de robos simples. En los últimos tiempos se empieza a vislumbrar un fenómeno de complejización, en donde por deducción vemos que hay inteligencia previa, armas de grueso calibre y violencia física sobre las víctimas.

Mi labor me lleva diariamente a evaluar distintas regiones de la zona metropolitana y tener una perspectiva respecto a los planes para paliar este problema, también esto me provee la información necesaria para distinguir los delitos que ocurren en lugares con alta concentración urbana de los que no.

El caso de Salto, es un caso típico de abandono de las políticas de estado municipales a prevenir estos hechos; Salto es un pueblo que bien administrado debiera ser ejemplo para el resto. Lo que hay aquí es una falta de profesionalismo en los encargados de proveerle seguridad a los saltenses tanto desde el poder ejecutivo como los resortes legislativos y judicial-policial.

Lo que tenemos que empezar a debatir fuertemente es de que manera evitamos la comisión de estos delitos, en el cómo desarticulamos las bandas sofisticadas que se acercan a nuestro territorio previo entregador para cometerlos, qué recursos tiene el Municipio para eventualmente crear una policía municipal que dependa de nosotros y no que dependa del Ministerio de Seguridad de la Provincia, que puede o no querer coordinar y cooperar con nuestra pueblo para capacitar y sofisticar a la Comisaría de Salto en la prevención de estos delitos.

Salto no es La Matanza, una activa política de seguridad, enfocada en prevenir el delito y no en llegar cuando el daño ya está hecho es la clave, para ello necesitamos equipamiento y capacitación de los policías y de los operadores judiciales, transparencia en el mando de la comisaría y políticas coordinadas con los municipios aledaños.

Es posible en Salto vivir sin temor a la inseguridad, falta la decisión.

María Florencia Arietto

floarietto@hotmail.com