SALTO, Febrero 24 (www.SaltoCiudad.com.ar) Fueron tres días. Tres días en los que el tango, esa música que nació en los arrabales de Buenos Aires, cuyas letras en lunfardo reflejan la vida cotidiana en el burdel, el conventillo, el amor, y el despecho vivió en Salto.
El paisaje cambió en cada una de las sedes en las que se llevó a cabo el festival. Bailarinas con sus vestidos de lujo, tacos altos, rodetes tirantes y hombres de traje fueron algunas de las postales habituales. A todos los unía el mismo objetivo: sentir y vivir el tango.
El primer Festival Nacional de Tango “Aníbal Troilo” fue un éxito en todos los sentidos. A nivel organizativo, en cada una de las sedes; a nivel concurrencia de interesados en los talleres, y también de público que se fue acercando a disfrutar de las competencias, y de los músicos y ballets.
La gran final de los concursos de canto, baile salón y baile escenario se llevó a cabo el domingo por la noche en la sede de APAS. Allí, donde también el sábado se realizó la Milonga, un gran escenario especialmente preparado para la ocasión, retrataba las calles de Caminito, en el barrio porteño de La Boca. Por esa escenografía pasaron el grupo Barajando Tangos; el cuerpo de Baile Municipal de Pergamino; el ballet Tango Danza de la provincia de Misiones; el Musical Postales Tangueras, entre muchos otros.
Uno de los grandes momentos de la noche del domingo fueron las finales de “Buscando la nueva voz del Tango” y de las competencias de Tango Salón y Tango Escenario. Allí no solo votaba su favorito el jurado especializado sino también el público que podía dar su veredicto a través de papeles que habían sido repartidos para la ocasión. El Salón de APAS se había convertido en una gran pista de baile. El objetivo se había cumplido. (www.SaltoCiudad.com.ar)