Siu Casas organizadora del concurso “Maravillosa Música” que se llevó a cabo en la Escuela Técnica hace unos días, responde las palabras que Ricardo Elía escribió en su Facebook:

“El ejercicio histórico natural arroja una conclusión excluyente: aún hoy está en disputa el modelo de país.

Las nuevas generaciones que tienen la ventura de protagonizar este momento histórico, así como las que vendrán, tienen la posibilidad y la responsabilidad de heredar, en este presente no exento de conflictos pero plagado de sueños, todas las luchas y epopeyas que se transforman en una guía a la hora de enfrentar el desafío de construir la Argentina del tercer siglo. En este marco se presenta la discusión de si la juventud debe o no estar y hacer política, en la calle, en las instituciones, en la escuela; algunos sostienen que a la juventud no se le deben dar responsabilidades porque aún somos inexpertos; por otro lado, estamos los que sostenemos que los jóvenes tenemos la obligación y la responsabilidad de comprometernos, de participar, de generar nuestras propias políticas activas de juventud en todos los ámbitos y las esferas de la vida. Y de esa misma inexperiencia surge la necesidad de aprender para formar parte del cambio y de la metamorfosis constante que nos presenta nuestra sociedad. Los que participamos lo hacemos simplemente por el hecho de que estamos convencidos de que es el único medio para que la transformación sea posible, creemos que puede haber un futuro mucho mejor y aún queda todo por hacer, debemos adecuarnos a los nuevos paradigmas políticos e ideológicos (apoyándolos o combatiéndolos).

Los ‘90 marcaron un hito a nivel participativo, o mejor dicho no participativo, y eso fue lo que posibilitó que en el paquete de empresas y recursos que se vendieron también fueran incluidos nuestros sueños. Por supuesto que esto no fue una mera casualidad del destino, sino que responde a un plan sistemático que comenzó el 24 de marzo de 1976 y que su máxima expresión a nivel político y de negación de nuestros Derechos Humanos fue la persecución y desaparición de nuestros 30.000 compañeros, tíos, primos, hermanos o vecinos. En esa coyuntura, y con la ausencia de esos hombres y mujeres que resistieron contra las políticas económicas liberales fue muy sencillo instalar definitivamente la idea de que “nada de lo que deba ser del Estado estará en manos del Estado”, y efectivamente sucedió, privatizaron incluso la voluntad de cambio, nos hipotecaron los sueños, y mandaron nuestra alegría al corralito.

Por eso, nosotros, los jóvenes de hoy, consideramos que el desafío consiste en definir cuál es el modelo de país que queremos definitivamente, y establecer la matriz de lo nacional que contemple el desarrollo de una sociedad equitativa con igualdad de oportunidades. Las contradicciones están ahí y hay que resolverlas; esconderlas es preparar conflictos futuros de proporciones impredecibles. Nuestra historia conoce esas páginas negras que no hay que repetir.

Luego de este preámbulo escrito con la más ferviente convicción, quisiera hacer énfasis en la solicitada presentada por el Acuerdo cívico y Social en donde se repudia el concurso de rock realizado en la EET nº1 alegando que fue organizado por La Cámpora, a quienes con mucha soltura tilda de transgresores e inescrupulosos. Pues bien, mi intención es simplemente aclarar que el Concurso Federal de Bandas Juveniles “Maravillosa Música” no fue organizado por dicha agrupación sino por quien esto escribe, Isadora Siu Huayra Casas Dordoni en representación de la Secretaría de Cultura de Nación, ya que este programa pertenece a la misma, y que La Cámpora colaboró el día martes 21 de agosto simplemente enviando a uno de sus integrantes para coordinar el tema de la seguridad y primeros auxilios en caso de que así fuera necesario y con un pack de agua mineral y gaseosa para los integrantes de la banda y el jurado, así como podría haber colaborado cualquier otra agrupación u otro particular, pero ellos se ofrecieron y es bienvenida la colaboración.

Además, cabe destacar que se siguieron todos los pasos correspondientes a nivel administrativo y que están a disposición de quien quiera verlos los papeles necesarios para poder ingresar a la escuela; y hubiese sido interesante que antes de salir a golpear a la organización del evento se hubiesen acercado al Consejo Escolar a despejarse las dudas; ya que son los mismo que después se cargan a los hombros la bandera de la administración, la burocracia y la constitucionalidad.

Este programa responde a una política activa de juventud, de cultura y de educación que se vienen impulsando en los últimos años;  y el hecho de que sucedan este tipo de cosas dentro de las escuelas demuestra que poquito a poco y a paso de hormiga van cambiando las concepciones y los paradigmas, como así también los posicionamientos y las lecturas que se tienen desde el interior de las instituciones que forman parte del Sistema Educativo; la escuela está dejando de ser un simple “edificio” con una estructura rígida e inamovible, sino que por el contrario, comienza a ser un canal para expresar inquietudes, derechos, y posturas; y que jamás, bajo ningún punto de vista está exenta de la actividad política, porque no lo estamos nosotros como hombres, y podía decir que la política es la actividad genérica del hombre como lo sostuvo Aristóteles.

Participo en política desde que tengo 15 años, y el primer medio que encontré para canalizar mis inquietudes fue la Comuju, durante el gobierno del ARI, en donde se trabajó muy activamente y eso es de público conocimiento. Luego, cuando ésta se disolvió, seguí participando desde un lugar más independiente,