Solicitada

A los compañeros municipales en su día

Dice la poesía popular: pasan los años, pasan los gobiernos, los radicales, los peronistas. Pasan los veranos, pasan los inviernos, quedan los artistas...Pasa la belleza y  la juventud, los optimistas y los pesimistas, pasa la peste, pasa la salud quedan los artistas...Claro que a esta altura te preguntaras si estaba picado el tinto y dirás susurrando al que tenés sentado al  lado ¿qué tienen que ver los artistas con los municipales? Y entonces digo:

Acaso no es un  arte levantarse cuando febo asoma, y tras los muros del viejo corralón preparar las huestes, no para luchar en San Lorenzo,  sino para salir a levantar la basura. No se tiene la paciencia de un artista cuando muchas veces viene un jefe que se marea con las jinetas de burócrata de turno, y pretende enseñarte a hacer tu trabajo que como nadie conoces, y  contás hasta diez, hasta cien o hasta quinientos.

No se tiene sino la sensibilidad de un artista, cuando viene una inundación y te subís, no importa a qué hora, ni si es domingo o feriado, de día o de noche a algún camión o tractor, y salís a recorrer el trocha para socorrer a tus vecinos...

Pasan las crisis, pasan las guerras, la prensa sensacionalista. Las prohibiciones, las listas negras, quedan los artistas.

No se es un artista,  por no decir un mago, para mantener una familia con el sueldo más bajo de toda la administración pública. No se es un artista para contener la bronca, el dolor, la impotencia, para mascullar la angustia, en fin, para llorar por lo bajo entre bambalinas, pero subir  todos  los días al escenario de la vida y atender a la  gente tratando de dibujar una sonrisa.

No predomina el arte de la paciencia, para soportar tantos años escuchando palabras de un fututo por venir, pero  que nunca llega. Pucha sí que es  ser artista.                                                  

Cuantas veces habrás dicho, y yo no tengo la culpa o como dice Larralde, si a la empresa no le conviene tener peones efectivos, pero en casa ¿yo qué digo?, cuando el chifle se nos viene.

Y te  falta mucho pero te sobra dignidad, no te he visto  hacer paros por tiempos indeterminados "la panza nunca entendió que pal pion no hay diferencia, pero entiende la conciencia y eso es lo triste paisano."

Palabras, palabras, palabras. Esta podría ser una carta de saludo más, hacerme el distraído y  simplemente cerrar con un feliz día, al vinito y a los chori. Pero no voy a esquivar la partida, no es mi estilo.

En los días que vienen se va a dar un gran debate sobre la recurrente relación: salario municipal-aumento de tasas. La sociedad va a quedar una vez más dividida, se escucharán opiniones de las más diversas. Mandarán los números.

Se harán las especulaciones políticas del caso.

Los pondrán de escudo y me tocará decidir, pero desde ya les adelanto mi voto. Mi mano se va a levantar siempre y cuando a la hora de distribuir esos recursos el mayor porcentaje vaya a parar al bolsillo de los municipales. Este es mi compromiso. Basta de dejar de mezquinar salmuera cuando es de otro lomo el tajo.

Tengo un compromiso con ustedes, soy hijo de una compañera, pero sobre todo me duele la injusticia.

 Pienso, son responsables si emiten mal un formulario, si se equivocan al pinchar  un culo cuando dan una inyección o si cae una bolsa de basura del camión. Pero no pueden serlo de lo que no quisieron, no podemos o no quiere la clase dirigente. De no pelear por una coparticipación más justa, de hacer prevalecer sus intereses personales alineándose con  la cola entre las piernas detrás de las fotos de los gobernadores o presidentes. De mostrarles las encuestas en vez de un recibo de sueldo.

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