Correo de Lectores

¡Héctor por siempre!

Al menos por una vez alguien, aunque sea esa entelequia llamada juventud peronista, sale del anonimato, aunque sea a medias y responde sin agresiones anónimas o desde lejos, bien de lejos.

Comprendo que mis notas no les gusten a todos, no están hechas para tal fin y tampoco para agredir, salvo a algunos pocos. 

Claramente no tengo nada que ver con el Partido Justicialista, aunque sí con los peronistas que no están dentro del mismo, porque no quieren estarlo. No estoy de acuerdo con la unidad de negocios que es esa estructura armada luego de la muerte de Perón, que trajo pobreza, desigualdad extrema, desempleo, corrupción y muertes al pueblo durante los 90 y riquezas y cargos “in eternum”  para pasados y presentes funcionarios públicos. Los que antes eran diputados, ahora son senadores, los antes gobernadores, ahora ministros o presidentes. Los 90 marcaron una tremenda impronta neoliberal en algunos aspectos y marcadamente conservadora en la mayoría de los otros. Los actores políticos de aquél entonces, ahora peinan algunas canas más, pero se llamaban igual a los que están ahora. Y la justicia social, en veremos.

El pibe misionero que se murió por culpa de la historia de los últimos 20 años, no sólo de los Kirchner, me atraviesa el alma, ésa que si realmente son juventud, deben tener. Me importa bien poco lo que piensen militantes rentados que se escudan tras un sello ficticio y si no lo son, den la cara. Hay que hacerse cargo de las propias ideas, de los principios y de los dichos. Toda muerte anticipada es injusta, pero para mí y también para mucha gente que me lo hace saber a cada rato, la muerte ocurrida recientemente más importante, más emblemática, más aleccionadora, más ejemplificadora y más dolorosa fue la de Héctor. Lloro la muerte de Héctor. Déjenme expresar mi dolor y mi bronca. Tienen todo el derecho de homenajear y de llorar la muerte de un líder político y yo de manifestar lo mío.

La anterior nota tenía como objetivo poner sobre la mesa los contrastes groseros y perjudiciales que nos afectan socialmente, eso que se llama desigualdad social, madre de tantas injusticias. Y también hacer notar el verdadero sentido de vivir para la política. Pido disculpas a aquellos peronistas de a pie que ven en el fallecido ex presidente, un referente válido y se han sentido agraviados. Sinceramente,  respeto profundamente su dolor y espero que respeten el mío.

A los militantes rentados que insultan y se esconden, les recomiendo releer a Jauretche, si es que saben quién fue.

“los adulones destruyen, no ayudan, no informan, engañan”, decía el viejo quejándose de los que no contradecían nunca a Perón o Evita, para no fastidiarlos. Acríticos, cómodos burócratas que sólo buscaban el calor del poder y la plata fácil del estado.

Uno que vive de su propio esfuerzo y que por propios méritos hace lo que hace y tiene lo que tiene,  puede decir, puede manifestarse. No sé si alguno de Uds. puede decir lo mismo, porque no sé quiénes son, aunque tengo la sospecha de qué son.

Saludos desde éste lado de la realidad. Nunca desde el fanatismo. Jamás desde el odio.

                                                         Dr. Marcelo Herrera

                                                              DNI 17579954

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