Una opinión que merece nuestra atención

¿Por qué se desbordan ríos y arroyos?

SALTO, Diciembre 29 (Por Ruben Morello, especial para SaltoCiudad.com) Los medios de comunicación están saturados de opiniones.

 

Abundan los opinólogos que dicen gansadas por el solo hecho de encontrarse ante una cámara o un micrófono y es dura la tarea del periodista para identificar al “chanta” que busca prensa y a quien habla con conocimiento de causa.

 

Esta versión, cuya verosimilitud me merece el mayor de los respetos, me fue suministrada por una persona conocedora del tema, pues en su juventud trabajó en tareas rurales en distintos puntos de la Provincia de Buenos Aires y no es ningún tonto, porque aunque hace veinte años está radicado en Salto desarrollando otras tareas, trajo consigo su experiencia.

 

Esta persona, cuya identidad preservo por el momento, me dijo: “Estoy cansado de escuchar pavadas sobre el tema del agua de las inundaciones, especialmente de esos políticos, mal asesorados, que ahora recién salen en busca de un chivo expiatorio y se las toman con los productores que han construido canales clandestinos en sus campos”.

 

Y así nace una charla que me pareció didáctica explicando las experiencias de trabajador rural y como a través de tareas comprobó que el problema se radica en el tratamiento de los suelos.

 

Y cita el caso de Carlos Casares, una ciudad que sufría permanentes inundaciones en épocas de lluvias y de como la circunstancia fortuita de haber participado en las tareas que convirtieron 6.000 hectáreas de tierra virgen en zona de cultivo, en las cercanías de esa población.

 

Esas lomadas por las que se deslizaba el agua de lluvia que por la dureza de su suelo corría buscando los desniveles naturales y seguía su curso hacia los sectores bajos de la mencionada ciudad.

 

Cuando los cinceles horadaron 30 centímetros de esas tierras yermas y endurecidas, dando vuelta la capa fértil de los campos que recibirían las simientes de cereales por primera vez, esas 6.000 hectáreas actuaron de esponja absorbiendo las aguas de lluvia que dejaron de acosar a Carlos Casares.

 

Esta teoría tiene asidero pues comentaba este señor que con el correr de los años, las investigaciones de ingenieros y químicos han transformado los sistemas de siembra y el avance de la tecnología ha logrado sembradoras que no necesitan preparación de los suelos y los campos endurecen su capa exterior.

 

Es por eso que al no encontrar zonas que absorban el agua de las precipitaciones estas siguen su curso y terminan en arroyos que las llevan a los ríos de la llanura que se desbordan cuando las lluvias son intensas.

 

Por eso que las denuncias contra los que construyeron canales, solo traerá un enfrentamiento con gente de campo, que lo único que van a conseguir es que con el cierre de esos canales haya más campos anegados con la consecuencia de pérdidas económicas impredecibles.

 

Una teoría más en esta época de opinólogos, que nos dice que nadie tiene la última palabra, pero que quienes tienen la responsabilidad de gobernarnos deben resolver con capacidad y coraje, tomando decisiones correctas con planes a largo plazo pero que se inicien ya. La ciudadanía lo reclama.(www.SaltoCiudad.com)